Congreso Ecuatoriano de Estudios Sobre la Ciudad - VIII CEC

VIII CEC AMB 24

Eje temático 3: Economía Urbana Informal

Francisco Enríquez Bermeo

Coordinador principal
Investigador Asociado Facultad Latinoamerica de Ciencias Sociales sede Ecuador - FLACSO EC, Quito
fenriquez@flacso.edu.ec
(593 9) 99012226

Alexandra Mena Segura

Coordinadora alterna
Coordinadora alterna Docente Investigadora Carrera de Arquitectura
Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), Loja admoncayo@utpl.edu.ec
(593 9) 97108836

Descripción y justificación

En el transcurso de los últimos años, Ecuador ha soportado ciclos de auge y contracción de su economía. Entre 2004 y 2013 su PIB creció a una tasa promedio del 5% anual a consecuencia de una mayor demanda de alimentos y materias primas por parte de China y su consiguiente incremento de precios. A partir de 2014 la tasa de crecimiento del PIB nacional empezó a declinar e incluso a decrecer, lo que se vio agravado en 2020 con la presencia del Covid19. La tasa de crecimiento promedio del PIB entre el 2014 y 2023 fue del 0,8%, considerando que en los años 2016 (-1,2%) y 2020 (7,8%) hubo decrecimiento.

Esas variaciones tuvieron un enorme impacto sobre el mercado laboral particularmente en el desempleo y subempleo, lo que dio lugar a un crecimiento significativo de la economía urbana informal. Para el año 2023, de acuerdo al INEC la tasa de ocupación de la población en el sector informal alcanzó al 55,7%, mientras el empleo adecuado apenas absorbió al 35,9% de la PEA nacional, lo que nos indica que cerca de las 2/3 partes de la PEA no tienen un empleo adecuado y debe recurrir al trabajo por cuenta propia.

El crecimiento de la economía urbana informal recurre a la calle como escenario privilegiado y otros espacios públicos de las urbes, fenómeno que demanda de la academia investigación de su dinámica, con la finalidad de contribuir con gobiernos nacional y municipales en la expedición de políticas públicas y proyectos, que respondan a las particularidades de este sector importante de la economía, para lo que es indispensable propiciar su debate y conocimiento.

La economía urbana informal depende de factores estructurales relacionados con la desigualdad, la excesiva concentración de la riqueza, las bajas tasas de crecimiento de la economía, el achicamiento del Estado y la limitada inversión pública, generando problemas que se expresan en desempleo, subempleo, pobreza, precariedad laboral, carencia de servicios sociales básicos, por lo que las oportunidades de los más vulnerables son muy limitadas o inexistentes.

Pero más allá de la coyuntura, de manera recurrente ni el Estado ni el sector privado han logrado proporcionar a la mayoría un trabajo formal bajo relación de dependencia y beneficios sociales, lo que ha llevado a esos amplios sectores a generar por su cuenta recursos para su sobrevivencia. Estas actividades históricamente han sido vistas desde la cultura moderna occidental, como propias de sociedades atrasadas que no logran superar el pasado premoderno y subdesarrollado.

Desde esa perspectiva, lo informal ha sido escondido e incluso perseguido, al tratarse de rezagos del pasado que limiltan y retrasan la modernización de la economía y la sociedad. Pero la informalidad no va a desaparecer de nuestra sociedad, forma parte de su estructura que combina modos de producción ancestrales de pueblos conquistados y colonizados que han sabido adaptarse y acoplarse con los modos de producción impuestos y traídos por la modernidad europea, que no han logrado consolidarse. La economía urbana informal no va ha desaparecer, foma parte de un modo de producción sincrético que no es el moderno europeo, sino el ‘barroco’ del que habló Bolívar Echeverría.

Siendo el espacio público el escenario principal de la economía urbana informal, los gobiernos municipales y nacionales han adoptado políticas úblicas desde dos perspectivas: una urbanística y patrimonilalista, cuya característica es retirarlos del espacio público, reubicándolos en espacios cerrados como mercados, centros comerciales populares y otros, cuando históricamente estuvieron en espacios públicos abiertos. La otra perspectiva ha sido social y cultural, que ha enfatizado en el emprendimiento, como la estrategia para que las actividades de la economía urbana informal transiten hacia la economía formal y de ese modo se modernicen.

Lo cierto es que las dos perspectivas minimizan e incluso niegan que la economía urbana informal sea parte del sistema económico urbano, de ahí que sus políticas en mucho estén cargadas de obstáculos administrativos y de persecusión policial por parte de las autoridades de control del espacio público. Esta economía urbana informal a la que se hace referencia tiene una amplia diversidad de manifestaciones: el comercio de la calle, las ferias inclusivas agroecológicas y de bienes usados, los mercados municipales y centros comerciales populares, emprendimientos asociativos (como cajas de ahorro y reciclaje de residuos sólidos). Todas ellas se hacen presentes en los espacios urbanos ecuatorianos así como en otras experiencias internacionales exitosas.

Frente a la realidad expuesta es indipensable que la academia con investigación dimensione el papel relevante de la economía urbana informal, no sólo en el mercado laboral y la generación de ingresos, sino también su aporte al mercado satisfaciendo la demanda con bienes y servicios, y con ello valore el aporte en la economía de las ciudades, lo que permitirá superar el enfoque reduccionista que el Estado y sectores privados han proyectado sobre esas actividades. Con esos aportes, gobiernos municipales y gobierno nacional podrán formular políticas públicas desde perspectivas diversas como las urbanisticas, culturales, económicas, de empleo, comerciales y de uso adecuado del espacio público. Solo así el Estado en lugar de ser obstáculo, contribuiría a que la economía urbana informal sea parte del tramado urbano, de su planificación y de su sistema económico.

Subtemas

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